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Calidad de vida y bienestar emocional a través de la acupuntura.



La psicología y la medicina tradicional china (MTCH) son compañeros terapéuticos compatibles. Esta afirmación no es mia; se deriva de un camino ya desarrollado hace ya más de 3 décadas por profesionales de la psicología y la psiquiatría tanto norteamericanos como europeos. Ellos, según sus escritos, intuyeron que la MTCH les otorgaría una mayor coherencia a sus prácticas terapéuticas.

De alguna manera la MTCH pudo, hace ya milenios, entender la integralidad del ser humano e idear caminos de sanación consecuentes con esa visión y sinérgicos entre ellos. La MTCH y la acupuntura como un ejemplo de esas herramientas terapéuticas, han podido establecer, según evidencia derivada de la experiencia clínica, un impacto significativo a nivel emocional, sobre los estados mentales y sobre el aparato cognitivo.

La MTCH tiene una mirada similar respecto de los procesos de salud/enfermedad. Por ello y más allá de su objetivo "curativo", esta medicina busca mantener la salud y el bienestar, a través de mantener la armonía del todo, el cuerpo físico, la mente y el espíritu. Ello implica hacer participe activo al individuo de su salud, con plena conciencia del impacto que posee el mundo externo, el interno y las emociones en la posibilidad de enfermar y/o sufrir.

Con todo, ambas disciplinas, la psicología y la MTCH, reconocen el impacto de las emociones en los estados de sufrimiento incapacitante, desorganización cognitiva, estados depresivos, conductas obsesivas y dolores de cuerpo físico, ya sea a nivel muscular, óseo o metabólico. Del mismo modo, ambas consideran dentro de su diagnosis y frente a un malestar físico, el posible impacto de algún proceso mental no resuelto, de alguna emoción reprimida o estancada o de algún evento estresante. La diferencia entre ambas, según mi apreciación particular, se da más bien respecto de las estrategias de sanación, donde el modelo occidental deja poca cabida a estrategias más integrativas.

Para la ciencia occidental y para sus disciplinas encargadas de la salud, las personas sufrimos psicopatologías o enfermedades de la mente, donde se ven alteradas las emociones, la capacidad de disfrute y en algunos casos la conciencia o juicio de realidad, o bien sufrimos de problemas funcionales, es decir referidos a nuestro cuerpo físico ya sea a nivel metabólico, fisiológico, osteomuscular y/o neuronal. Para cada cual, hay una estrategia "curativa" específica pero generalmente poco integrada o inclusiva. Asi, la salud mental y la salud física, generalmente son cuerpos de conocimientos que no se tocan, manteniendo una linea divisoria cartesiana en la persona, separando su cuerpo, su aparato psicoemocional y su energía.

Hace ya unas décadas, hubo un intento de integración que generó alta expectativa, me refiero a la Medicina Psicosomática. Esta nueva aproximación occidental al dolor o sufrimiento humano, identificó como trastorno psicosomático a todas aquellas quejas subjetivas, (dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, palpitaciones, por nombrar algunas) es decir identificadas por el paciente, que no muestran señal corporal o relación con alguna señal observable a nivel físico, y también a aquellos malestares que aun teniendo una señal física no resultan explicables por la patología occidental y por lo tanto se le adscribe una etiología emocional. Sin embargo, este camino desarrollado por la medicina occidental no ha podido probar su eficacia desde el punto de vista terapéutico. Esto, dado que la fisiología actual no es capaz de explicar como una emoción puede afectar a un órgano y viceversa.

Sin embargo, y en palabras de Leon Hammer, psiquiatra ligado a la MTCH desde la década de los 70," la fisiología médica china si proporciona las herramientas para poder explicar las relaciones entre la psique y el soma", es decir entre el aparato psíquico y emocional y el cuerpo físico.

Según la MTCH cualquier acto del ser humano o de la naturaleza que interfiera la armonia o equilibrio dinámico yin-yang conducirá hacia la enfermedad. Dicho de otro modo, todo aquello que interfiera la cantidad, circulación o equilibrio energético del ser humano podrá ocasionar un dolor, malestar o sufrimiento, en mayor o menor medida. En este análisis, los agentes activos de interferencia pueden ser hábitos alimenticios, estilos de trabajo, estres medioambiental, factores constitucionales, el clima, el medio social y de forma muy importante las emociones, llamadas también desde la MTCH "siete pasiones o siete demonios".

A través de las distintas modalidades diagnósticas chinas, es posible observar hasta qué punto esos factores de la vida cotidiana pueden estar afectando la energía de una persona, incluso antes que los síntomas sean visibles para la medicina occidental y sus procedimientos diagnósticos. Es posible identificar y tratar, mediante un diagnóstico precoz, algunas molestias "psicosomáticas" o dicho de forma y más congruente con lo que deseo plantear, tratar una alteración de esa energía o fuerza vital, intervenir la energía en vez de la morfología. Esto tiene particular relevancia cuando es una emoción el factor patógeno, puesto que en términos preventivos, la enfermedad, según este punto de vista, es una progresión que va de "energia" a "materia". El hecho es que este proceso salud/enfermedad es a la vez psicológico y somático en todas sus fases.

La acupuntura, una técnica milenaria proveniente de la MTCH es hoy reconocida mundialmente por su potencial como inductor de lo que llamamos "conciencia" o "conexión con el Si mismo". En simple, la acupuntura ayuda al paciente a "darse cuenta" del estado de su cuerpo físico y de las tensiones a las que puede estar sometiendo a su aparato psíquico. De alguna manera las agujas en nuestro cuerpo, insertas en él, tienen el efecto de mejorar la percepción de las tensiones musculares a las que lo sometemos, así como del impacto de ciertos pensamientos y acciones en el origen de esas tensiones, incluso de la resistencia a sentirse bien, o de cómo uno participa directamente en el malestar y su mantenimiento. Todo ello sin palabras! Tampoco es magia; la acupuntura moviliza energia, o dicho en palabras occidentales y psicológicas combate aquellas estructuras rígidas que ofrecen resistencia al cambio necesario que se requiere para mejorar y/o ser feliz. La acupuntura ha probado ser efectiva en potenciar un cambio de comportamiento toda vez que esa conducta este provocando un daño o sufrimiento. Ello, como decía interrumpiendo, desobstruyendo, flexibilizando aquellos circuitos rígidos de pensamiento y acción para ceder espacio a nuevos sentimientos, pensamientos y comportamientos, a nuevas experiencias y a nuevas transformaciones energéticas.

En resumen, la MTCH y en específico la acupuntura logra armonizar la energía en el ser humano al recomponer el equilibrio entre la energia protectora y la nutritiva, identificadas ambas como el soporte necesario para el crecimiento, el desarrollo integral y el bienestar emocional. La acupuntura permite movilizar defensas, resistencias y emociones negativas que nos enferman el cuerpo y la mente, a la vez que moviliza energia y sangre, ambos combustibles indispensables para la renovación y nutrición de todas las funciones vitales.

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