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¿Realmente ellos saben más?


En términos generales, poco les preguntamos a los hombres, sus inquietudes en el terreno sexual, o si tienen algún miedo o si hay algo que desconocen y de lo que quisieran conocer más. Las sociedades más tradicionales y conservadoras, como la nuestra, suponen que los hombres sólo por el hecho de ser hombres, saben de sexualidad, conocen el terreno que pisan e incluso podrán hacerle frente a cualquier dificultad que aparezca en el camino del desarrollo sexual. Pésima conclusión.

El hecho de tener los órganos genitales externos y de tener más oportunidades de conocer cómo estos reaccionan a la estimulación no es suficiente para decir que los hombres saben de sexo porque saben qué tipo de estimulación les gusta. Eso remite a funcionamiento pero no a satisfacción necesariamente.

En mis conversaciones con pacientes hombres he podido percibir como también los hombres sienten este mandato de “tener que saber qué y cómo hacer” en le terreno sexual y como ello les impone una exigencia que preocupa más de la cuenta y en muchos casos impide gozar realmente.

En el terreno íntimo un hombre podrá verse enfrentado a variables igualmente desconocidas para él como para su compañera. Eso que los hombres no manejan, porque no saben o tienen ideas incorrectas, puede comprometer su gratificación si es que no se cuenta con la información correcta.

Veamos algunos ejemplos: ¿la eyaculación y el orgasmo son sinónimos?, ó ¿existen orgasmos sin eyaculación o viceversa?.

Otro ejemplo: ¿Las erecciones matinales significan que hubo algún sueño erótico o que tengo ganas incluso durante el sueño?.

Y otro:¿El semen siempre es el mismo? ¿Por qué hay ocasiones en que expulso más líquido que en otras?

Y un ejemplo más : ¿es posible que salga orina al momento de eyacular?

Y quizás la peor exigencia: ¿Por qué si mantengo la erección no puedo darle un orgasmo a mi mujer?

Aclaremos entonces estos fenómenos, como punto de partida a otras tantas interrogantes que podremos ir analizando en artículos siguientes.

La eyaculación y el orgasmo en el hombre no son sinónimos. Es más uno puede aparecer sin el otro y viceversa. Así por ejemplo, puede ocurrir orgasmo en algunos pacientes con daño neural, aun cuando no existe emisión de líquido alguno. Y también al revés. Puede haber eyaculación sin la sensación subjetiva placentera del orgasmo, lo cual no es poco común en un hombre que ha tenido que hacer mucho esfuerzo por conseguir que su pareja quiera tener sexo, pero donde todo ha resultado muy mecánico.

Respecto de la calidad y cantidad de semen, podemos decir que su calidad se relaciona con el tipo de dieta del hombre y también con la estación del año. Respecto de la cantidad, el fluído podrá variar en cantidad dependiendo de la frecuencia de las eyaculaciones, como también de la tonicidad muscular genital y del estado anímico.

Y por último, la orina no puede escapar al mismo tiempo que se eyacula, debido a que la desembocadura de los conductos seminales en la uretra está provista de un complicado dispositivo a modo de válvula, que sólo admite el paso de uno de los dos líquidos a la uretra y hacia el exterior. Esta válvula necesita un tiempo para retornar a su posición “normal”, lo cual explica la dificultad de la micción inmediatamente después del orgasmo.

Conversar de estas y otras interrogantes en pareja podrán evitarnos malos entendidos a la hora de la intimidad sexual.

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